jueves, 18 de diciembre de 2008

Hildegart y su revolución sexual

Nace en 1914, en Madrid una niña llamada Hildegart. Su madre había tramado un plan que dieciocho años después se truncaría. Aurora Rodríguez buscó un inseminador válido, y crió sola a Hildegart, (cuyo significado etimológico, aunque incorrectamente atribuido es "jardín de la sabiduría") y la formó como si de una deportista de élite se tratara, pero enfocada a diversas ciencias humanas.

Con 2 años ya escribía, y con 5 años hablaba 9 idiomas. A los 12 acabó bachiller, con 14 terminó derecho y con 16 era licenciada en medicina. Entre sus amigos con 14 y 15 años estaban Gregorio Marañón, Wells, y Havelock Ellis. A este último le tradujo muchas de sus obras al castellano. Fue militante del partido socialista y muy conocida en la época por sus conocimientos, participación y entrega en las ciencias.

Pero hoy traigo esta historia a mi blog por que escribió "La revolución sexual", siendo un best seller de la época. Este libro sentó las bases de la revolución sexual de los años 70. Casi puedo ver a esa adolescente sorprendente, discutiendo de política, arte, literatura y sexualidad con Marañón y tantos otros, sin darse cuenta de la futura repercusión que su obra tendría.

¿No es sorprendente ver como las revoluciones, en este caso la sexual, se basan en escritos ya publicados treinta y cuarenta años antes?

Pero a Hildegart no le dio tiempo a cosechar lo sembrado, dado que entre ortras cosas comenzó a salir con un chico, y su madre, Aurora Rodríguez empezó a darse cuenta que "obra de arte" en forma de niña, se le podía ir de las manos por culpa del amor. Una noche Hildegart durmiendo en su habitación, recibió tres tiros en la cabeza y uno en el corazón, que acabaron con su vida con tan sólo 18 años. Tras pasear a su Perro, Aurora se entregó a la policía, y tras salir de prisión, ingresó en un hospital psiquátrico.
Da mucho que pensar, ¿verdad?

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Si, da mucho para pensar...La madre tenía graves problemas. El mayor problema de la hija era su madre.
Con la muerte de Hildegart todos perdimos una gran mente.

belona dijo...

Me gusta la vida de muchas de las mujeres de principio de siglo. Gracias a ellas nos encontramos con el terreno más alisado.

Anónimo dijo...

Realmente creo que la idea de la madre era buena, pero llevada a cabo por una persona poco equilibrada e intransigente dio como resultado un desastre.

Lunarroja dijo...

He leído bastantes cosas de esta complicada historia entre madre/"hija a la carta", conocida creo como La Virgen Roja.

Se mezclan muchas cosas: algunas buenas (afán de superación, lucha de las mujeres...) y otras feroces (sin duda, mucho más obvias).
Supongo que, como en otros casos, el final de la historia, tan trágico como desolador, ha hecho que la historia tenga mucho más dramatismo.
Pero en cualquier caso, tanto madre como hija fueron dos mujeres adelantadas a su época. Lástima que al menos una, estuviera loca.

Me ha gustado recordar esta historia. Gracias.